31.12.12

2012

El 2012 fue un buen año. Uno de muchos, muchos cambios.

Empecé este año con un evento fabuloso: un festival de metal. Cuatro bandas, ocho horas de música, y grandes amigos. 


Pude ver a mi banda favorita: Orphaned Land. Salté y grité con fuerza las letras de Halo Dies, Norra El Norra, The Birth of the Three, Ocean Land y demás...Al terminar el concierto (1/4), mi mejor amigo fue por cerveza. Regresó corriendo y me tomó de la mano. Sin decirme nada, corrimos hacia el pasillo central. Ahí estaba Uri Zelha, bajista de OL y unos segundos antes había estado Kobi Farhi. Abracé a Uri, me tomé una foto con él y luego abracé a mi amigo. Por su culpa me gusta el metal y él lo sabe. 

2012 fue el año de los conciertos. Además del Festival Farewell con Orphaned Land, Amorphis, In Extremo y Stratovarius, asistí a Opeth, Rhapsody of Fire/ Therion, y Metallica. Cabe mencionar que, como mi hermana también es fan de Rhapsody, adquirimos los pases VIP y conocimos a la banda. Fue una experiencia sublime. Fabio y Tom son personas maravillosas y fue un placer conocerlos y asistir al concierto, donde coreamos a gritos Dawn of Victory, Holy Thunderforce, Unholy Warcry, Lamento Eroico y Emerald Sword, entre otras.

Decía que éste fue un año de cambios y es por lo siguiente. Este año terminé la preparatoria. Dejé mi escuela tras 13 largos años de casi vivir en ella. 



El CEL (Centro Escolar del Lago) era –y sigue siendo– mi segundo hogar. Ahí conocí a muchas personas que influyeron mucho en mi vida, hallé a mis mejores amigos (a quienes, en efecto, cuento con los dedos de una mano), decidí qué quería hacer con mi vida...y un largo etcétera.
La despedida fue...tranquila, creo. Me despedí como yo quería hacerlo: dando el discurso de fin de año. Yo había jurado que escribiría y leería el discurso final y lo conseguí. Cuatro días de trabajo dieron como resultado un texto de cinco cuartillas retomando la historia de mi generación, de nuestros Maestros, del colegio mismo. Mis compañeros lloraron. Algunos Maestros, también.

Así pues, entré a la universidad. Fue un proceso complicado, pues era un nuevo sistema, con nuevas reglas, nueva gente, nueva rutina...Tras muchas, muchas dudas, me convencí de que la carrera que elegí era la correcta. No me veo en otro lado, ésto es lo que quiero.

Por otra parte, decidí abrir mi cuenta de tuiter. Eso representó otro cambio en mi vida. Gracias a esa cuenta, redescubrí a Alberto Chimal y decidí tomar un taller con él.


Alberto ya me había enganchado antes con una de sus minificciones y me sorprendió aún más con El Viajero del Tiempo. El taller fue realmente fructífero. No sólo aprendí nuevas herramientas para escribir, sino que me convencí de que es lo que quiero hacer. Alberto fue –de hecho sigue siendo– un gran apoyo y guía, pues vi en él parte de lo que quiero ser.

Y a partir de Alberto Chimal y tuiter, descubrí a más escritores y conocí a los escritores de mi infancia. Por ejemplo, me encontré a Bef en la escuela y pude contarle cómo su libro Cuento de hadas para conejos marcó mi infancia. Gracias a Alberto conocí a Raquel Castro (su esposa) y su libro Ojos llenos de sombra, con el cual me divertí mucho (además de que se platica muy a gusto con Raquel). Y en la escuela hallé también a Gloria Prado (directora del Departamento de Letras), quien realizó la antología El héroe, la dama y el clérigo, otro de los libros que devoré ¡en la primaria!








No sé si todos entiendan esa emoción, el descubrir, conocer a la persona que escribió el libro o el cuento o la carta que fue fundamental en una parte de la vida. Es algo increíble.

Por lo demás, fue un buen año. Sí, hubo varias caídas en cuanto a salud, estado anímico y, desafortunadamente, un par de pérdidas en la familia, pero creo que fue un tiempo de crecimiento y aprendizaje.

¿Y cómo cierro mi año?
Con gripa, terminando La torre y el jardín, de Alberto Chimal (pa' variar...), aprendiendo a usar un serrucho eléctrico y viendo Cloud Atlas.

Feliz año a todos y que el que viene llegue con nuevos retos. 



12.12.12

Fiesta en Michoacán

El pasado fin de semana fui a la tierra de mi madre, Michoacán, para "pagar una manda" a la Virgen de la Salud, en Pátzcuaro.
Vírgenes como la de Pátzcuaro o la de Acahuato me recuerdan a mi abuela y algunas escenas de mi infancia, pues mi abuela nos llevaba seguido a su pueblo.

Al llegar a Pátzcuaro, sin querer nos topamos con la fiesta de la Virgen de la Salud (8/12). Debo admitir que fue una visión bastante hermosa. Asistimos a una de las misas y al terminar ésta, comenzó a tocar una banda –la tradicional banda de pueblo, con tambores y una tuba–, entraron unas mujeres guares bailando y posteriormente unas mojigangas, las cuales también bailaron. El sacerdote le dio su bendición a un grupo de peregrinos a caballo y al salir, ellos bailaron con todo y caballos. (¡Y qué caballos!)






La tradición marca que se debe subir por detrás del altar a tocar el manto de la Virgen. Se cree que tocarlo y hacer una oración ayuda a recuperar la salud, sea propia o de algún familiar. La Virgen de la Salud (o de la Inmaculada Concepción) es una de las más veneradas en el estado.



Es la primera vez que asisto a la fiesta de dicha Virgen, pero debo comentar que  esta tradición de bailar en las fiestas patronales no es exclusiva de Pátzcuaro. Alguna vez, hace muchos años, fuimos con mi familia a ver al "Señor de los Milagros". La tradición indica que se debe entrar bailando, cinco pasos pa' delante, dos pa' trás. Y eso mismo sucede en muchos pueblos más, no sólo en este bello estado de la República.

Michoacán es un estado bellísimo y vale la pena visitarlo. Es cierto que el miedo y la violencia se han apoderado de algunas zonas, pero no debemos permitir que tanta belleza y tradición se pierda. En lo personal, mi gran amor es la comida michoacana: las corundas, huchepos, tamales de zarza, pan de conserva, charales, pescado blanco, atole de grano...Y les juro que es un enorme placer cada vez que visito el mercado de Pátzcuaro.

Corundas con carne de cerdo y queso tradicional


Así que, si tienen oportunidad, dense una vuelta, les juro que no olvidarán el viaje. (Para comer en Pátzcuaro, recomiendo ampliamente "El Rincón de Josefa" ohhh sí)

5.12.12

Novela IV. Francesco Sacchetti

Paseando en la biblioteca me topé con un libro fabuloso: Grandes cuentistas, una antología realizada por Germán Arciniegas, Ricardo Baeza, Federico de Onís, Alfonso Reyes y Francisco Romero, que forma parte de la colección Biblioteca Universal, editada por CONACULTA y Océano.

Uno de los cuentos que –hasta ahora– más me han gustado es la Novela IV, de Francesco Sacchetti. No pude hallarla en internet en español, así que la transcribí, sólo por el gusto de compartirla.
Espero que la disfruten.

Novela IV
Francesco Sacchetii (Traducción de Julio Torri)

          Messer Bernabó, Señor de Milán, ofendido por un molinero, con bellas palabras le hizo merced de su grandísimo beneficio. Este Señor fue temido en su tiempo mas que cualquier otro; y aunque fue cruel, sin embargo, en su crueldad había gran parte de justicia. Entre otros casos que le acontecieron fue éste, de un rico abad que incurrió en una falta por negligencia, por no haber alimentado bien a dos perros alanos que se habían vuelto rabiosos y que eran del dicho Señor, quien lo multó con cuatro mil escudos. De lo que el abad comenzó a pedirle misericordia. Y el dicho Señor viéndole pedir misericordia le dijo:
          –Si tú me aclaras cuatro cosas, yo te perdonaré en todo; y las cosas son éstas: que quiero que me digas cuánto hay de aquí al cielo, cuánta agua hay en el mar; lo que se hace en el Infierno; y lo que vale mi persona.
          El abad al oír esto comenzó a suspirar y le pareció ser peor partido que el primero; pero con todo, para cesar el furor y ganar tiempo dijo que le placiese concederle un término para poderle responder a tan altas cosas. El Señor le dio de plazo todo el día siguiente, y como deseaba poner fin al incidente, le hizo dar seguridad en el tornar. El abad, preocupado, con gran melancolía tornó a la abadía, soplando como caballo que se espanta; y allí encontró a un su molinero, que al verlo tan afligido, dijo:
          –Señor mío, ¿qué tenéis que sopláis tan recio?
          Repuso el abad:
          –Bien tengo por qué, ya que el Señor está a punto de hacerme desdichado, si no le declaro cuatro cosas, que Salomón ni Aristóteles pudieran.
          El molinero preguntó:
          –Y ¿qué cosas son éstas?
          El abad se las dijo. Entonces reflexionó el molinero y dijo al abad:
          –Yo os sacaré de este apuro, si queréis.
          Dice el abad:
          –Dios lo quiera.
          Responde el molinero:
          –Creo que lo querrán Dios y los santos.
          El abad, que estaba acongojadísimo, añadió:
          –Si tú tal haces, llévate lo que quieras, que ninguna cosa me pedirás, que me sea posible, que no te otorgue.
          Dice el molinero:
          –Dejaré esto a vuestra discreción.
          –¿Cómo harás? –dijo el abad.
          Entonces replica el molinero:
          –Intento vestirme la túnica y la capa vuestras y rasurarme la barba, y mañana de mañana iré ante él, diciendo que soy el abad; y responderé a las cuatro preguntas y espero dejarlo satisfecho.
          Al abad le parecieron mil años lo que tardaba en dejar su lugar al molinero, lo cual fue ejecutado. Hecho abad el molinero, por la mañana temprano se puso en camino; y llegando a la puerta, llamó donde el Señor vivía, diciendo que tal abad quería responder al Señor sobre ciertas cosas que le había propuesto. El Señor, deseoso de escuchar lo que el abad debía decir, y maravillado de que hubiera tan presto regresado, lo hizo venir ante sí. Con la poca luz, hizo reverencia, y se cubrió con la mano el rostro para no ser conocido. El Señor le preguntó si llevaba respuesta a las cuatro cosas que le había preguntado. Replicó:
          –Señor, sí. Me preguntasteis qué distancia hay de aquí al cielo. Vistas las cosas justamente, está de aquí a treinta y seis millones y ochocientas cincuenta y cuatro mil millas y media, y veintidós pasos.
          –Tú lo has visto muy justamente; mas ¿cómo lo pruebas?
          Repuso:
          –Hacedlo medir y si no es así ahorcadme por la garganta. La segunda pregunta: cuánta agua hay en el mar. Esto me ha sido muy difícil de averiguar, porque es cosa que no está quieta, y siempre le entra agua. Sin embargo, he visto que en el mar hay veinticinco mil y novecientos ochenta y dos millones de cubos, y siete barriles y doce azumbres más dos vasos.
          Dice el Señor:
          –¿Cómo lo sabes?
          Responde:
          –Lo he averiguado lo mejor que he podido: si no lo creéis, haced buscar barriles y a comprobarlo; si no es como yo digo, que me descuarticen. Lo tercero que me preguntasteis es qué se hacía en el Infierno. En el Infierno se raja, se arrancan jirones y se ahorca, ni más ni menos como lo hacéis vos.
          –¿Qué razón das de esto?
          Responde:
          –Hablé ya con uno que ahí estuvo, y de éste tomó el florentín Dante lo que escribió acerca del Infierno; pero ya murió; si no lo creéis mandadlo ver. Cuarto, me preguntasteis cuánto vale vuestra persona; y yo os aseguro que vale veintinueve dineros.
          Cuando Messer Bernabó escuchó esto, furioso se volvió, diciéndole:
          –Que ahora mismo te nazca un pulgón venenoso; ¿soy tan poca cosa que valgo lo que un cántaro?
          Replicó, y no sin gran temor:
          –Señor mío, escuchad la razón. Sabéis que Nuestro Señor Jesucristo fue vendido en treinta dineros; fue la causa de que valéis un dinero menos que Él.
          Oyendo esto el Señor, se imaginó por cierto bien que éste no era el abad, y mirándolo fijamente comprendió que era mayor hombre de ciencia de lo que el abad era, y dijo:
          –Tú no eres el abad.
          El miedo que tuvo el molinero, cualquiera lo piensa; hincóse y con las manos juntas imploró misericordia, diciendo al Señor cómo era él molinero del abad, y cómo disfrazado fue conducido ante Su Señoría, y en qué forma había vestido el hábito, y todo más por divertirlo que por malicia. Messer Bernabó lo escuchó y dijo:
          –Ahora pronto, puesto que él te ha hecho abad, y que sabes más que él, en fe de Dios yo te quiero confirmar y ordeno que de aquí en adelante tú seas el abad, y él sea el molinero, y que tú disfrutes de toda la renta del monasterio, y él haya la del molino.
          Y así logró durante toda su vida que el abad fuese el molinero y el molinero, el abad...

25.11.12

Entrevista a Raquel Castro

Y aquí les dejo la entrevista. Ojalá la disfruten tanto como yo.


Entrevista a Raquel Castro
por: Joselyn Silva



Muy buenas tardes, Raquel, soy Joselyn Silva [y formo parte del proyecto de crítica de la nueva narrativa mexicana, dirigido por la Dra. Silvia Ruiz Otero, de la Universidad Iberoamericana. El producto principal de este proyecto es el portal de internet Opalescencias, donde reunimos información de autores, entrevistas, reseñas, crítica, entre otras cosas.]*

Ay, pues muy buenas tardes y muchas gracias por la invitación.

Primero que nada, ¿me puedes dar una semblanza muy breve de tu persona?

Bueno...ay qué difícil. Me llamo Raquel Castro, tengo 36 años, durante mucho tiempo me he dedicado principalmente a escribir guiones para televisión. Estuve durante un tiempo en Canal Once...antes de eso hice algunos guiones para la BBC de Londres en coproducción con la SEP, una cosa muy extraña y bueno, después de hacer guiones mucho tiempo incursioné en la burocracia. Trabajo en la Coordinación Nacional de Literatura del INBA. Paralelo a eso, escribo siempre que puedo, todo lo que puedo; menos de lo que quisiera, pero tanto como puedo. Y tengo una novela que se llama Ojos llenos de sombra que acaba de ganar el Premio Gran Angular de Literatura Juvenil, que da la editorial SM, aparte tengo un libro de cuentos que estoy tratando de acabar de armar para poder buscarle editorial. Soy súper fan de los zombis, me gustan mucho los gatos, la música, el sentido del humor, divertirme, internet...Esos son los intereses entre los que reparto mi tiempo.

Mencionas que trabajaste como guionista. ¿Eso influye de alguna manera al momento de escribir narrativa?

Yo creo que sí, para bien y para mal. De hecho al principio me costaba mucho trabajo escribir...después de estar haciendo guiones, cuando quise retomar la idea de escribir cuentos o alguna otra cosa, me costaba mucho trabajo porque todo lo quería poner visual y todas las ideas que se me ocurrían yo pensaba “es que como película estaría padrísimo” y tardé un ratito en poder cambiar el switch. Me sirvió mucho dejar de trabajar en El Once para volver a pensar de un modo más narrativo, pero eso es como la parte negativa. La parte positiva es que el guionismo es muy estructurado, no das un paso sin saber cuál es el que sigue, entonces si bien no soy tan cuadrada y si una historia se quiere ir por otro lado pues ni modo, por allá se tiene que ir, sí me servía mucho saber como hacia dónde estaba tratando de llegar yo, escribir una sinopsis de qué iba a tratar mi historia, hacer las biografías de los personajes...De hecho esta novela, Ojos llenos de sombra, justamente la trabajé al principio como si fuera un guion, creando de dónde voy, a dónde quiero llegar, quienes son mis personajes, cuáles son sus características, y me ha servido mucho.

¿Cómo fue que empezaste en este ambiente literario? ¿Tomaste algún curso, empezaste a escribir por tu cuenta...?

Mi mamá era maestra de literatura, de lectura y redacción en una vocacional del Poli. Entonces un poco traía ya la desviación familiar. Me leía, escribíamos juntas, me acuerdo mucho que me leía las novelas de Corín Tellado y me decía “ahora vamos a escribir una nosotras. A ver, la protagonista tiene que ser bonita pero no una belleza...” Nos burlábamos de las propias frases hechas de Corín Tellado, íbamos escribiendo nuestras historias, entonces para mí siempre fue una necesidad, un juego, además, una cosa muy lúdica. Pero por lo mismo que era muy lúdico, en el momento en que te aburres de jugar lo botas y ya, entonces no tenía mucha estructura en ese sentido. Luego traté de entrar a un taller literario, pero no duré mucho, la verdad, me distraía con otras cosas. Lo intenté varias veces desde la secundaria y digamos que ya tomármelo en serio fue...hará unos tres años, más o menos y sí, formé un taller literario con unos amigos y con Alberto Chimal. Ahí íbamos leyendo nuestros trabajos cada quien y comentándolos y eso fue al final lo que me impulsó más.

Aparte del cuento y la novela, ¿has trabajado otros géneros?

A parte del cuento y la novela...como dice José Luis Zárate, “no soy poeta y tengo los poemas que lo demuestran”, alguna vez traté de escribir poesía, pero no es mi máximo. Lo que me gusta mucho es el ensayo y por ejemplo, todo el tiempo que estuve escribiendo para revistas, para mí no eran artículos, eran ensayos y yo me la tomaba muy por ese lado. Me gusta mucho ese género, pero creo que nada más, y los guiones.

¿Qué es lo que te gusta del ensayo?

Me gusta mucho la posibilidad de elucubrar sobre un tema y reflexionar sobre él y dar mis propias opiniones. A lo mejor es un poquito hasta soberbio, porque como yo estudié periodismo, yo decía “sí, hacer notas periodísticas está bien padre, hacer crónicas, reseñas...” pero cuando entrevistas a alguien, tienes que dar su opinión tal como la dijo. En cambio, la posibilidad de decir lo que a mí se me ocurre sobre determinado tema, sí investigarle, pero al final dar mis propias opiniones y poderle meter mi sentido del humor, eso me gusta mucho y yo creo que eso es lo que me atrae del ensayo, del ensayo literario, digamos, no del académico, porque con ése híjole, ando súper peleada.

Hablando de tu novela, Ojos llenos de sombra, ¿de dónde surgió la idea para escribirla?

Pues un poco de mi necesidad como lectora. Yo en mi adolescencia, bueno, a parte de que escribir me divierte mucho, leer me divierte mucho, entonces me leía todo lo que había en la casa, compraba libros a cada rato, o los tomaba prestados, o lo que fuera. Y conforme fui creciendo, yendo a fiestas, conociendo gente, involucrándome con la subcultura oscura de la Ciudad de México, que es donde pasé un buen rato, me empezó a inquietar que no había libros sobre eso, no al menos libros mexicanos. Tenía un par de libros buenísimos, me acuerdo mucho de La música de los vampiros, de Poppy Z. Brite, que todo empieza con un concierto de Peter Murphy, pero en Nueva Orleans y yo decía “yo quiero leer cosas que pasen aquí”. Luego leí un libro de Fran Ilich que se llama Metro pop, que era sobre adolescentes en Tijuana y dije “no, pues sí se puede. Si no lo hay, pues lo voy a escribir yo”. Entonces la primer idea fue escribir una colección de cuentos y poco a poco fue mutando y se convirtió en la novela, pero al mismo tiempo le fui volcando otras inquietudes que también tenía, por ejemplo, esta cuestión de la adolescencia eterna de mucha gente, gente que tiene mi edad y sigue en la fiesta, en un plan sumamente adolescente...Tengo amigos que a sus cuarenta se siguen ligando a chavas de diecisiete, dieciocho, como un modo de seguirse sintiendo de diecisiete o dieciocho. Y otra inquietud mía es la necesidad de las mujeres, aunque suene un poquito, no sé, como “vamos a militar” y eso, pero sí, la necesidad de las mujeres de reivindicarnos y de decir “sí podemos hacer las cosas y valgo por quien soy y no por si traigo falda o pantalón” y todo eso lo volqué creo en el personaje principal.

Entonces, ¿Ojos llenos de sombra está basada en experiencias tuyas?

Muy vagamente. Sí hay cosas que me pasaron a mí o que le pasaron a gente muy cercana o que me contaron que le pasaron a amigos de un amigo que me parecían anécdotas tan buenas que me las robé vilmente, pero casi todo lo hice pasar por el filtro de la ficción. Incluso gente que vivió algunas cosas que fueron semilla de esto cuando leen el libro no me han reclamado nada, así que supongo que está bien transformado. Pero sí, sí hay algunas que son apuntes del natural de lo que yo veía cuando iba al Chopo o de lo que había en un backstage cuando iba a un concierto...

¿Por qué escribir para jóvenes?

Fue un poco una casualidad que saliera para jóvenes, quizá porque yo estaba pensando en mi propia adolescencia y estaba haciendo un personaje adolescente y todo se fue dirigiendo y quedó como una historia muy juvenil, entonces dije “vamos por este lado y vamos bien”. Pero además yo soy una lectora de libro juvenil, soy muy entusiasta del libro juvenil, me gustan mucho autores como Kevin Brooks o Adam Rapp, que es uno de mis favoritos, porque también escribe de chavos que andan en ondas un poquito menos ñoñas. Y me parece que el público juvenil es más honesto de alguna manera. Si no les gusta tu libro, lo cierran, lo botan y les vale, aunque sea tarea de la escuela y no están pensando en con quién van a quedar bien o si la reseña les va a servir para, entonces es un público muy estricto pero también muy generoso cuando algo les gusta. De algún modo yo me siento todavía más en contacto con, hablando de adolescentes eternos, con la yo de 17 años que fui que, por ejemplo, con mis amigas que ya son mamás. Cuando me platican las travesuras de sus hijos, inmediatamente y sin evitarlo, me pongo del lado de los hijos, del lado de la travesura, del lado de la cosa más fresca, más humorosa, más lúdica; entonces supongo que se dio naturalmente.

¿Qué esperas o qué esperabas conseguir con tu libro?

Ay, pues...yo esperaba, primero que nada, sacar esas historias, demostrarme a mí misma que podía terminarlas, que podía llegar a un punto final porque sí me costaba mucho trabajo concretar proyectos. Y por supuesto que alguien la leyera y que quien la leyera encontrara algo de sus propias inquietudes ahí metidas también. No pienso que sean mil lectores o que sean diez, yo digo una persona que lo lea y diga “oye, me identifiqué por esto y esto” y que platiquemos del asunto, yo ya contenta.

Según tu opinión, ¿cuál es el elemento más valioso de Ojos llenos de sombra?

Yo creo que los diálogos, la verdad. Soy una dialoguista...ay, va a parecer que soy entusiasta de muchísimas cosas, verdad...pero realmente de hacer guiones lo que más me gusta es hacer los diálogos. Para este libro en lo que más puse atención fue en los diálogos y me parece que están bien logrados, los lees y dices “mira, sí se sienten bien naturalitos”, entonces yo quisiera pensar que su aporte es que es un retrato de una forma de hablar fresca, creíble, no impostada...Ahora, sí además puedo convencer a alguien de que crea en sí mismo y que tome sus decisiones sin dejarse arrastrar por sus miedos, estaría padrísimo.

Retomando al público juvenil, ¿qué factores crees importantes para acercarte a ellos?

Lo más importante, desde mi punto de vista es no tratar de darles un sermón, así de sencillo. Cuando tú te subes al pedestal y dices “desde aquí yo te voy a decir como vivir tu vida, porque yo cuando tenía tu edad...” ya, estás perdido y ya perdiste al lector. Yo creo que tiene que ser desde un nivel de iguales, “yo también tuve tu edad, yo también tuve tus problemas, es más, todavía los tengo, todavía me aterra en la mañana pensar qué me voy a poner y es ridículo porque nadie te está viendo en el metro, pero tú tienes esa inseguridad y yo la tengo también y podemos platicar como iguales y compartir experiencias. A lo mejor hoy me toca a mí pasarte un tip a ti, pero a lo mejor tú me das un tip a mí y lo podemos hacer juntos” Yo creo que va un poco por ahí, que el chavo a la hora de leer el libro, sienta que está dialogando, no que le están dando una cátedra. Por lo menos es como me ha funcionado a mí.

Hablando sobre un asunto un poco más general, ¿qué opinión tienes sobre la nueva narrativa mexicana, es decir, la obra de autores nacidos a partir de los 60?

Yo creo que hay mucha y eso es muy bueno, para todos los gustos y eso es maravilloso, no tan difundida como quisiéramos, a lo mejor todavía falta más acercamiento de los autores con los lectores, que escribamos más para el lector promedio y no para el lector de Letras Libres, para el crítico, para ver qué opinan, todo eso...Pero a mí me parece que se han dado cosas muy buenas, por ejemplo Verónica Murguía, ni modo, tengo que echarle porras a Alberto Chimal, no por ser mi marido, sino porque su obra es realmente muy buena; todavía cuando lo leo se me hace un nudo en la garganta, me emociono y digo “qué bien escribe Alberto” y me da muchísimo gusto. O por ejemplo José Luis Zárate, que es también de los 60. Quizás no son los más mainstream, pero son los que más me emocionan y quizás es por esto, porque escriben más por el gusto y menos por la imposición o por la necesidad de agradarle a una cúpula. Pero autores como Bef, por ejemplo, Karen Chacek, Erika Mergruen, que están escribiendo cosas como más de subgénero necesariamente, pero sí alejados de la estética hegemónica, digamos. Yo creo que va muy bien la literatura mexicana y que vamos a ver cosas muy interesantes. A lo mejor no vemos obras como, porque nos critican mucho “¿dónde está La región más transparente de tu generación?” Pues es otra generación y es una generación mucho más atomizada, en donde internet juega un papel primordial. A lo mejor ya se escribió esa obra pero está en un blog y no la has encontrado tú. Que tú no la hayas encontrado no quiere decir que no exista, entonces creo que estamos en una época más de descubrimiento de la literatura que de imposición, como era en décadas anteriores.

Aprovechando que tu novela ganó el Premio Gran Angular, ¿qué opinas de los premios literarios?

Yo creo que hay de todo, que son una herramienta y quien usa la herramienta decide si...por ejemplo, tú decides si el martillo lo usas para construir o para romperle la cabeza a alguien, igual con los premios. Hay premios que sabemos todos que están más amañados que nada, que se sabe desde antes quién los va a recibir o que por lo menos los editores saben desde antes, pero hay otros que son muy limpios y son una buena forma de entrar al ruedo, de probar tu talento. A lo mejor no ganas el premio pero sí una mención y eso ya te va diciendo por dónde. A lo mejor no ganas nada, pero entonces lees cuál ganó y ves qué es lo que está ahorita gustando y todo. Y la verdad es que para mí ganar el premio fue una cosa maravillosa, porque mi plan de acción era “meto el libro al premio, lo pierde, le busco editor, digamos que en 2013 encuentro a alguien que se interese, para que salga por ahí de 2014...” que es como el proceso natural y el premio aceleró todo y de repente el libro ya está con editor, con difusión, con todo...wow. Yo feliz...y sí creo que hay que confiar en los premios y que hay que exigir que los premios cumplan con lo que están prometiendo.

¿Estás trabajando en algún proyecto actualmente?

Estoy trabajando ahorita en dos proyectos, quizá tenga que elegir uno a tiempo completo y ya después darle al otro. Uno es una novela de zombis, que de hecho la empecé hace bastante tiempo, pero le dedico ratitos; y el otro es el libro de cuentos que ya tengo terminado pero que todavía no me tiene muy satisfecha al cien por ciento, todavía creo que le voy a tener que cambiar cosas, quitar algunos, meter otros que hay que escribir, cambiar el orden de las historias...

Aparte de los zombis y los libros para jóvenes, ¿sobre qué más te gustaría escribir y por qué?

Una cosa que a mí me gusta...es que el problema es que a mí me gustan mucho los subgéneros, algunos. Me gusta mucho la literatura de horror y no creo que deba circunscribirse ni a una edad ni a un determinado tipo de lector. Carlos Fuentes escribió cuentos de horror o fantásticos, Octavio Paz también lo hizo, nada más que a ellos no les pusieron la etiquetita. Entonces creo que a mí me gusta el horror y creo que puedes encontrar ahí cosas bien interesantes, me gusta mucho la ciencia ficción, tengo también ahí un boceto de un coso de ciencia ficción a ver cuándo lo puedo acabar. Pero me gustaría escribir sobre todo de cosas que tengan que ver con los sentimientos y no en un plan rosa, sino realmente de explorar el alma y sus contradicciones y por qué pensamos como pensamos o por lo menos...bueno, es que es algo de lo que me he dado cuenta, me pongo a explorar por qué pienso yo como pienso y por qué hago yo como hago y ya que está escrito resulta que otras personas también se identifican.

Ya para terminar, ¿qué consejo le darías a los jóvenes que pretenden ser escritores?

A ver...sería el consejo: lean mucho, porque al leer ves qué ya se ha hecho, qué no se ha hecho, adquieres buenos hábitos y además buena ortografía, que para mí es vital, y escriban sin detenerse a pensar en qué van a pensar de ustedes. Porque a mí me pasaba, estaba yo escribiendo e imaginándome el que me iban a juzgar, o que se iban a burlar de mí o que...En el momento en el que dejas eso atrás, avanzas. También diría que lo disfrutes, que escribas porque te gusta, no por una obligación.

Bueno, muchísimas gracias, Raquel, a nombre de todo el equipo de Opalescencias. Próximamente podrás ver la entrevista en el portal.

Ay, muchísimas gracias, me dará mucho gusto.



*El proyecto nunca se llevó a cabo. Por eso la entrevista sólo fue publicada en este medio.

Presentación de "Ojos llenos de sombra" en la FILIJ (2)

Lo prometido es deuda. Ya hablé con mi jefa y me autorizó subir tanto la reseña de la presentación como la entrevista. A continuación les comparto la primera y les aviso que en los próximos días podrá verse en el portal de Opalescencias.



Presentación de Ojos llenos de sombra, de Raquel Castro



El pasado 10 de noviembre se presentó en la FILIJ el libro Ojos llenos de sombra, de la guionista y escritora mexicana Raquel Castro, ganadora del Premio Gran Angular 2012, otorgado por la editorial SM. La mesa estuvo conformada por Claudia Reyes, Verónica Murguía, Federico Ponce de León y la autora.

Claudia Reyes, por parte de CONACULTA, dijo que premios como el Gran Angular ayudan a promover a los autores, pero también a motivarlos a que estén en constante creación y luego difundirlo a través de la publicación de estos trabajos.

Sobre el libro, Verónica Murguía, columnista del suplemento semanal de La Jornada, comentó que Ojos llenos de sombra es totalmente contrario a lo que ella llama “literatura hormonal”: obras como Crepúsculo y 50 sombras de Grey. Mencionó también que el personaje, Atari, una chica de diecisiete años, es un personaje de carne y hueso, opuesta por completo a las heroínas “genéricas e intercambiables” como Bella Swan.

Por su parte, Federico Ponce de León, editor de SM, habló acerca del proceso de selección de la obra ganadora del Premio Gran Angular. Dijo que después de leer y releer la novela de Raquel Castro, se convenció de que ésa era la ganadora. Añadió que para él la experiencia de la edición fue muy grata, pues mientras realizaba su labor, reía a carcajadas por “la franqueza y las leperadas bien aplicadas y justificadas en la historia”. Según su opinión, Ojos llenos de sombra no es una novela exclusivamente para chavas, cualquiera puede leerla. “Les va a cambiar la noche o el fin de semana, el momento en que la lean”, concluyó.

La autora compartió un poco del proceso que vivió al escribir esta novela. Mencionó que uno de los ejes presentes en la obra es la nostalgia. “ Asociamos la nostalgia con la edad adulta y se nos olvida que los niños y jóvenes también pueden sentir nostalgia, por eso insistí tanto en los flashbacks”, comentó. Verónica Murguía añadió que Atari, además de sentir nostalgia, tiene un impulso vital muy fuerte, que la anima a no quedarse en la “adultescencia”, como sus padres y hermanos.
“Si uno se queda en esa nostalgia, se vuelve un poco un monstruo y es lo que Atari no quiere”, agregó Raquel.

Tanto Verónica como Federico estuvieron de acuerdo en que otro elemento que da fuerza a la novela es la música. Verónica comentó que la novela tiene una especie de soundtrack que acompaña a Atari en los momentos más emotivos, lo cual es excelente, pues es en la adolescencia cuando uno escucha música de forma casi religiosa.

Para finalizar, la autora leyó un fragmento, en donde aparece el personaje llamado “La Roja”.

20.11.12

Presentación de "Ojos llenos de sombra" en la FILIJ



El pasado 10 de noviembre se presentó el libro de Raquel Castro, Ojos llenos de sombra, en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil.

Realicé una reseña de la presentación y una entrevista a Raquel. Sólo falta que mi jefa las autorice para publicarlas en el portal de Opalescencias, donde estoy trabajando (como becaria) y aquí en el blog.

Pero mientras les dejo unas fotos de la presentación :)












2.11.12

Calaveritas



Tuits de Micro Horror, con el tema "Calaveritas literarias". [Ya sé que no tienen métrica, fue mera diversión]

La Catrina se lamenta, porque ya no puede leer, así que toma la botella, y se pone a beber.

La Catrina pa' su ofrenda, exige que le den bebida, no quiere ron ni tampoco cerveza, ¡lo que quiere es tequila!

[Éstos últimos, tuits sobresalientes. Publicados en Penumbria]

La muerte, dama huesuda, a todos los escritores asegura, que las tumbas de los panteones, están llenas de minificciones.

Pa' seguir viviendo, dijo la muerte al escritor, escribe cosas que den miedo, como un buen Microhorror.

La muerte dijo al escritor, a ése que plagió, "por mentiroso y deshonesto, te vas conmigo al panteón".

La Catrina no entiende, que es eso del Halloween, y muy triste solloza, "ya se olvidaron de mí".

La Catrina se lamenta, cargando a un bebé, "ya no lloren, ya no griten, yo cuidaré de él".

La muerte se acercó a la anciana, y le dio un suave apretón, luego juntitas y de la mano, se fueron al panteón.

Vi a la hermosa Catrina, y detrás de ella a mi abuelo, después descubrí el engaño, la visión era sólo un señuelo.

La Catrina dice a todos, que es hora de terminar, ya tiene muchas calaveritas, es momento de descansar.

9.10.12

Ojos llenos de sombra. Raquel Castro.



Quiero aprovechar, pues acabo de terminar esta maravillosa novela, ganadora del Premio Gran Angular de este año.

Dos palabras: ¡Me encantó! Y miren que pocos libros me han parecido adictivos...

La novela se trata sobre Atari, una joven dark que estudia música y forma parte de una banda, El Lado Oscuro de la Luna.
La historia comienza cuando la banda le abre a nada más y nada menos que a London After Midnight, sin embargo, ni siquiera eso logra alegrar lo suficiente a Atari, quien está confundida debido a una decisión que debe tomar: irse o no a estudiar becada a Rusia. En su confusión, no sabe a quién contarle sobre la beca, si a su amiga Bere, a su hermano Mario o a Javier, el tipo de quien está enamorada.

Atari empieza a recordar diferentes sucesos, como cuando entró a la banda, el día que hizo la solicitud para la beca, cuando sus hermanos la llevaban a las fiestas, escenas con su madre descuidada y su padre, un fanático religioso y amante de los videojuegos, y algunos momentos vividos con Javier.

Hasta aquí, parecería que Ojos llenos de sombra es una novela más sobre la adolescencia, los cambios, el amor, la amistad, la aceptación de uno mismo...etcétera. En parte, sí se abordan un poco estos temas, pero lo curioso es que todo sucede en un ambiente no conocido por todos: el dark. Un ambiente, una cultura, un modo de vivir que ha sido continuamente estereotipado y relacionado con aspectos negativos de la naturaleza humana, hasta caer incluso en actividades criminales o satánicas. (Lo mismo que el metal...gracias)

Bueno, Atari nos muestra que ser dark es otro modo de vivir. Nos habla de la banda: sus amigos, su familia; de su modo de ver el mundo, sus formas de reaccionar, su música, su vestimenta...Y también, nos recuerda que ese mundo no está tan apartado de lo que podría parecer "normal".

Me atrevo a decir, incluso, que Atari y yo no somos tan diferentes. He ahí la magia que genera Raquel Castro. Hubo momentos en los que me parecía que era realmente Atari, una joven estudiante de preparatoria, quien me estaba hablando (como si ella lo hubiera escrito), no Raquel –llegó a tal punto que desconocí la figura de Raquel...fue extraño.

Puede que el lenguaje utilizado en esta obra escandalice a más de uno, pero es uno de los aciertos del libro; es fluido, es natural, no se oye para nada forzado (como aquel programa de televisión en donde se usa un lenguaje "juvenil" y que ahora es motivo de burla entre nosotros). Y es que caray, así hablamos los jóvenes, sin importar realmente clases sociales, lugares, nada. Queramos o no, es el vocabulario al que estamos expuestos en la calle, con los amigos, en el transporte...Así hablo con algunos de mis amigos y es algo completamente natural. Ojo, no quiero decir que sea la mejor forma de hablar, pero ¿por qué satanizarla tanto?

Este uso del lenguaje fue una de las cosas por las que me divertí y disfruté leyendo el libro (mi única observación es que casi nadie, excepto locos como yo, usa acentos en los sms...fuera de eso, todo en orden). Me pareció una obra cercana, algo que puedo fácilmente identificar con mi vida diaria. Otra vez, Atari y yo no somos tan diferentes...

Otra cosa que me fascinó fue la música. Cada capítulo, cada recuerdo, cada escena tiene una canción de fondo. He de admitir que hay muchas bandas que no conozco (estoy en proceso de hacerlo), pero hay otras que sí.

Por ejemplo, hay una escena donde Atari se pone a bailar "Should I stay or should I go"...yo me reí a carcajadas, no pude evitarlo. No sé qué pasó ahí, fue un fenómeno muy raro, pero lo disfruté muchísimo. (Y luego traje la cancioncita en la cabeza todo el día y toda la noche). Otra es cuando Javier y ella escuchan a Stille Volk acostados en el cofre del coche de Mario. Y ahí voy yo a buscar rolas de Stille Volk a youtube...Consejo: ¡Háganlo! (Me recordaron a In Extremo)

Otras bandas que aparecen son The Cranes, The Cure, hay un eco de Madredeus y Bauhaus, hacen su aparición Bach, François Couperin, de repente se escucha a Peter Murphy, Christian Death, Depeche Mode, los Dug Dug's...¡y hasta Serrat!

Pero no todo fue bonito. El capítulo 18 me hizo llorar...no quiero dar muchos detalles, sólo diré que tuve que frenar, dejar de leer. Fueron muchos factores, es cierto, pero...me conmovió profundamente. Recordé muchas cosas...no sé, algo se movió muy dentro de mí.

En fin...sin darme cuenta, terminé el libro. A diferencia de otros libros adictivos, éste no me dejó la sensación de "quiero más, necesito más", sino que...vino una sensación de tranquilidad, como si hubiera terminado de hablar por teléfono con mi mejor amiga.

He leído otras novelas "para jóvenes", pero ninguna me ha dejado el sabor de Ojos llenos de sombra. Volvería a leerlo y con gusto, sólo por el placer de escuchar en mi cabeza a London, The Cure o Stille Volk mientras escucho también la voz de Atari.

[Y sigo preguntándome cuáles son mi bebida kriptonita y mi bebida especial...]

[Como dato curioso, leí la primera mitad del libro en una estética (sí, uno de esos lugares del demonio a los que voy porque me obligan. Esta vez acompañé a mi madre...). Literal, todos los estilistas me interrumpían a cada rato para ofrecerme servicios, yo levantaba la mirada, les decía que no y volvía a meterme en la historia. Al cabo de un rato, fueron más insistentes, hasta que uno se fue enojado exclamando "¿Qué haces leyendo en una estética? ¿Por qué no eres una chava normal?" Yo, claro, seguí leyendo...]

7.10.12

163 aniversario de la muerte de Edgar Allan Poe



A modo de homenaje por el 163 aniversario de la muerte de Edgar Allan Poe, transcribo uno de sus poemas, uno de mis favoritos.

"Alone"

From childhood's hour I have not been
As others were; I have not seen
As others saw; I could not bring
My passions from a common spring.
From the same source I have not taken
My sorrow; I could not awaken
My heart to joy at the same tone;
And all I loved, I loved alone.
Then- in my childhood, in the dawn
Of a most stormy life- was drawn
From every depth of good and ill
The mystery which blinds me still:
From the torrent, or the fountain,
From the red cliff of the mountain,
From the sun that round me rolled
In its autumn tint of gold,
From the lightning in the sky
As it passed flying by,
From the thunder and the storm,
And the cloud that took the form
(When the rest of Heaven was blue)
Of a demon in my view.

6.10.12

Fin del Laboratorio de Cuento

Bueno, amigos...se terminó. El Laboratorio de Cuento con Alberto Chimal llegó a su fin.

Fue una experiencia maravillosa, la verdad es que aprendí mucho y me será de gran utilidad a lo largo de mi carrera. Será un escalón sobre el que podré apoyarme para seguir aprendiendo.

Por otra parte, si no escribo como de costumbre es porque siento un nudo en la garganta. El taller se convirtió en mi actividad favorita en los últimos meses y me cuesta algo de trabajo decirle adiós.

No por ello dejaré de escribir o de leer. De hecho, hay mucho que hacer todavía. La lista de sugerencias para leer es muy larga y además, hay varios ejercicios que quedaron inconclusos.

No hallo nada más que decir.

29.9.12

Apunte 11. Técnicas de escritura

Como éramos pocas en la clase, en esta ocasión aclaramos dudas y vimos más formas de escribir un cuento.

Técnica del Iceberg



No se preocupa por la estructura, sino por lo que no se dice. Es una especie de acumulación para que el lector vaya descubriendo la historia (la parte que está bajo el agua).

Técnica cubista


En la historia se habla de sucesos, se fragmenta. Son diferentes puntos de vista que no se superponen (como En el bosque). Las partes de la historia se tocan, pero no se repiten.

Ejemplo: "¡Diles que no me maten!"– Juan Rulfo


Técnica de "cajas chinas"

 

Es una historia dentro de una historia.
Cada historia derivada de otra no influye en ésta, pues cada una tiene su propio mundo narrado.
Las historias deben retomarse y finalizarse, como si las cajas se abrieran y cerraran.

A (inicio)
    B (inicio)
        C (inicio y fin)
        D (inicio y fin)
        E (inicio y fin)
        F (inicio)
            G (inicio)
                H (inicio y fin)
            G (fin)
        F (fin)
    B (fin)
A (fin)

Ejemplos: "Las mil y unas noches"
                 "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha"– Miguel de Cervantes


Técnica de "puesta en abismo"


(Éste es más o menos el efecto que se logra con esta técnica)

No se llega potencialmente al final de ninguna de las historias.
El texto no resuelve nada de lo que planteó.
Es distinto a lo común, por lo que es un tanto difícil hallar este tipo de textos.

Ejemplo: "Expulsión de la bestia triunfante"– Giordano Bruno


Técnica usada en "El paraguas de Wittgenstein", de Óscar de la Borbolla



Es como un árbol, hay una historia central y de ésta surgen más y de cada una de ellas surgen otras y así sucesivamente. Todas llegan a su final.


Técnica de la historia encuadrada

Es la precursora de muchas de las técnicas como la de "cajas chinas" o "puesta en el abismo". Es una historia dentro de una historia y ya. 
En el siglo XX se interesaron mucho por este tipo de técnicas porque querían cambiar la estructura clásica, innovar. 
El objetivo de la técnica de la historia encuadrada es explicar los contactos entre los niveles de narración.

Ejemplo: "Sarrasine"– Honoré de Balzac (la historia del cuadro se relaciona con la de las personas)


Técnica de la serie encadenada

Es la técnica usada en "Las olas", de Virginia Woolf.


Son segmentos de la historia y en cada uno habla una voz diferente.
El pedazos de historia que cada uno cuenta se relaciona con un tema común, en diversas series.
Hay un sexto personaje que no habla pero del que todos hablan, es el más importante. 


Técnica empleada en "Las ciudades invisibles", de Italo Calvino.


Son diferentes series. La primera en comenzar es la primera en terminar (A). No hay segmentos seguidos de la misma serie, sino que se van intercalando (A,B,C,D,E,A,B,C...)
Todas se relacionan de alguna manera.


Técnica usada en "Caza de conejos", de Mario Levrero


La P corresponde al prólogo, siguen los tres primeros "capítulos" (no son exactamente capítulos...), luego un fenómeno extraño al centro, los tres últimos "capítulos" y al final la E, de epílogo.

Los primeros cuatro círculos se reflejan en los últimos cuatro, como si se tratara de un espejo, hay una imagen invertida.

En medio, cada texto ("capítulo") existe de manera independiente, cada uno es su propio mundo narrado y no se relacionan directamente. El encadenamiento se da porque hay elementos comunes (conejos, cazadores, zanahorias, guardabosques...)

"Caza de conejos" es un texto subversivo porque el lector lo empieza a leer con ciertas expectativas y se da cuenta de que no es lo que espera, se desconcierta. 

(Según Chimal) el texto tiene influencias de "La caza del Snark", de Lewis Carrol (y si encuentran la versión con las ilustraciones de Henry Holiday, qué mejor)


Narrador metadiegético  [Como algo extra]

Es aquél que rompe la barrera entre dos historias (una suele parecer que está dentro de la otra).

Ejemplos: "Continuidad de los parques"– Julio Cortázar
                 "La historia interminable"– Michael Ende

24.9.12

Minificciones

A modo de ejercicio, he estado intentando escribir minificciones en tuíter. También en parte es para jugar un poco y como un recurso para no dejar de escribir, pues las tareas y trabajos de la universidad me han impedido escribir más cuentos. 

Les dejo algunas. Se aceptan comentarios.

GATOS

A escondidas, bajé a la cocina por unas galletas. Ahí me encontré a mi gato, robando la ensalada de atún. No nos dijimos nada. 

"Odio el atún", murmuré. "Pero a mí me encanta", dijo mi gato interior, "así que abre la lata y cómetelo todo", me ordenó.

Ayer tuve que pagarle mucho dinero al veterinario de mi gato. Esta vez le arañó el rostro, rompió sus lentes y casi le saca un ojo.

Ningún veterinario quiere atender a mi gato, ya todos lo clasificaron como "peligroso". Él está orgulloso y me exige que le dé un premio.

Le pregunté a mi gato por mi tortuga. "Estaba deliciosa", respondió, lamiéndose los bigotes.

Mi gato quitó de la repisa la foto donde salgo con mi ídolo y puso su foto con el gato del Viajero del Tiempo.


MICRO HORROR


ZOMBIS

La lluvia ablandó la tierra y el zombi pudo por fin atrapar al viejo que cuidaba el cementerio.
        [tuit sobresaliente. 1 de agosto. Publicado en Penumbria.]

Cuando el zombi quiso tocar la guitarra se dio cuenta de que no podía. Las cuerdas rebanaban su carne.

El zombi tiene la respuesta a todas las preguntas, pero ha olvidado cómo hablar.

"¿Qué quieres decir con que ahora creman a los muertos?", preguntó aterrado el zombi.

"Soy un zombi", murmuró, esperando que él corriera aterrado. "No hay problema, soy necrofílico", sonrió él, desabrochándose el pantalón.

Cuando despertó, su amada Leonor lo miraba. "No volverás a sentir dolor, nunca más", le susurró antes de morderlo.

Hoy mi padre intentó morderme por tercera vez. Es la tercera vez que le vuelo la cabeza con la escopeta.

Mi perro empezó a mordisquear mi mano. "Juega", pensé. Entonces recordé que lo había enterrado esa misma mañana.


LEYENDAS

El arquitecto mató al albañil haciéndolo caer desde el tercer piso. "Toda obra necesita un muertito", murmuró después.
        [tuit sobresaliente. 12 de septiembre. Publicado en Penumbria.]

Terminé de poner la ofrenda y sentí cómo una mano rozaba mi hombro. "A mí nunca me gustó el tequila", me dijo la voz fantasmal.

El espíritu del viejo abad sigue negándose a abandonar su cargo. A veces se aparece en las misas, en plena consagración.


OTROS

"Aquí hay gato encerrado", murmuró ella. "Perdona, estaba jugando a ser Allan Poe", respondió él.

Mi demonio se transformó en un gusano diminuto. Ahora mismo está nadando en mis venas.

Por más que enterró el cuchillo en su cráneo, la mujer jamás pudo alcanzar el recuerdo de aquél a quien amó.


RANDOM

El guerrero les mintió a todos diciendo que no tenía miedo, pero no pudo engañar a su pequeña hija cuando ésta lo miró a los ojos.

Jamás confíes en un pantalón. Por miedo a la lavadora confesará los kilos que has subido por robar galletas en la noche.

"¡Oh, Jack!", exclamó su amigo al probar el whisky. Jack, medio sordo, le entendió "¡Old, Jack!" y lo añadió a la botella.

Una importante tienda lanzó una línea de ropa para fantasmas. Todos los días, a las 3 am, las prendas desaparecían misteriosamente.

El solo de guitarra hizo que las cabezas de los fans estallaran. "Es parte del espectáculo", argumentó el guitarrista.

La bandera ondea triste en la ventana, en el auto, entre la multitud. Es sólo un adorno que ve la luz cada 15 y 16 de septiembre.

"Hoy sí nos van a tomar, es 15 de septiembre", intentó animarse la Lulú de piña. "Qué te haces, siempre eligen Coca", le contestó el Boing de mango.


20.9.12

Ya se puede escribir "tuit"

El día de hoy el director de la RAE, José Manuel Blecua, anunció, por medio de la cuenta de tuíter de la Academia (@RAEinforma), la incorporación de "tuitear", "tuit", "tuiteo" y "tuitero" al Diccionario académico.



Así que ya se puede escribir tuit, que además de verse más bonito, ahorra caracteres :)

Este aviso me recuerda cuando, el 22 de junio, se anunció que la palabra "friki" se incluiría en el Diccionario. Fue un día especial.





9.9.12

¿Qué es lo que hace que un cuento sea bueno?

Durante la clase, un compañero preguntó a Alberto qué era lo que hacía que un cuento fuera bueno. Tomé algunas notas sobre su respuesta, las cuales transcribo a continuación.

Yo creo que son dos cosas fundamentales. Una de ellas es subjetiva, porque depende de quien observe, qué es la belleza...Hay belleza en la obra artística, pero también puede haber belleza en un tablero de ajedrez, por ejemplo. Para alguien versado en ello, puede ser bello y es posible que otro no pueda percibirlo. Por eso si uno amplía sus lecturas, aprecia más la belleza. 

Para decir que una obra es bella pueden considerarse muchas cosas, como la sorpresa que causa, si el autor crea un lenguaje rico (que tenga sonoridad, o bien, que sea una representación fiel del habla), que tenga una estructura inusitada y atrayente, una resolución satisfactoria...en fin, todo esto implica que haya satisfacción de la percepción.

Si tiene belleza, la obra es una BUENA obra, pero hay algo más.

Aparte de la belleza, yo considero que una GRAN obra es aquella que establece contacto humano con el lector y pone su conciencia en juego con el texto. 

No todo es igualmente bello, pero al leer una gran obra, notamos que algo nos afecta.

Una característica refuerza a la obra. Una obra sin alma no mueve nada, es visceral, inarticulada. 

Escribir es un proceso complicado y azaroso, es una serie de procesos mentales que se conectan con el sistema nervioso, se trata de que hay una imagen instantánea e imperfecta y hay que verbalizarla, para que sea sucesiva. 

Ningún texto es para todos, nunca vas a complacer a todo el mundo. Debes tener bien en claro qué quieres hacer. Aunque claro, a veces las cosas no salen como las planeas y al final tienes otro texto, quizás más rico que el que habías planeado. 

Al momento de corregir un texto, debes tener siempre en mente qué querías lograr con ese escrito, si ésto se olvida, es momento de dejar de corregir. 

Es importante hallar el proceso creativo que te sirva. Yo nunca he desalentado a nadie que quiera escribir. Tú sabes por qué lo haces. (Hablando de uno de sus alumnos que escribía con fines terapéuticos). 

Y un "plus" magnífico. ¿Cuáles cree Alberto Chimal que son GRANDES obras?
  • Tlön, Uqbar, Orbis, Tertius – Jorge Luis Borges
  • La iglesia del Diablo – J.M. Machado de Assis
  • El río – Flannery O'Connor
  • El corazón delator – Edgar Allan Poe
  • Acerca de ciudades que crecen descontroladamente – Angélica Gorodischer
  • El idioma del Paraíso – V. Murguía
  • El joven Goodman Brown – N. Hawthorne
  • Todos ustedes, zombis – R.A. Heinlein
  • Mephisto Waltz – S. Pitol
  • El nombre del mundo es bosque – Úrsula K. Le Guin
Y la lista seguiría...pero, por desgracia, se nos terminó el tiempo (de hecho la clase se extendió por casi media hora más). Alberto prometió que nos enviaría luego una lista estilo "Los 100 mejores cuentos" o algo así. En cuanto la tenga, se las compartiré.