25.11.12

Entrevista a Raquel Castro

Y aquí les dejo la entrevista. Ojalá la disfruten tanto como yo.


Entrevista a Raquel Castro
por: Joselyn Silva



Muy buenas tardes, Raquel, soy Joselyn Silva [y formo parte del proyecto de crítica de la nueva narrativa mexicana, dirigido por la Dra. Silvia Ruiz Otero, de la Universidad Iberoamericana. El producto principal de este proyecto es el portal de internet Opalescencias, donde reunimos información de autores, entrevistas, reseñas, crítica, entre otras cosas.]*

Ay, pues muy buenas tardes y muchas gracias por la invitación.

Primero que nada, ¿me puedes dar una semblanza muy breve de tu persona?

Bueno...ay qué difícil. Me llamo Raquel Castro, tengo 36 años, durante mucho tiempo me he dedicado principalmente a escribir guiones para televisión. Estuve durante un tiempo en Canal Once...antes de eso hice algunos guiones para la BBC de Londres en coproducción con la SEP, una cosa muy extraña y bueno, después de hacer guiones mucho tiempo incursioné en la burocracia. Trabajo en la Coordinación Nacional de Literatura del INBA. Paralelo a eso, escribo siempre que puedo, todo lo que puedo; menos de lo que quisiera, pero tanto como puedo. Y tengo una novela que se llama Ojos llenos de sombra que acaba de ganar el Premio Gran Angular de Literatura Juvenil, que da la editorial SM, aparte tengo un libro de cuentos que estoy tratando de acabar de armar para poder buscarle editorial. Soy súper fan de los zombis, me gustan mucho los gatos, la música, el sentido del humor, divertirme, internet...Esos son los intereses entre los que reparto mi tiempo.

Mencionas que trabajaste como guionista. ¿Eso influye de alguna manera al momento de escribir narrativa?

Yo creo que sí, para bien y para mal. De hecho al principio me costaba mucho trabajo escribir...después de estar haciendo guiones, cuando quise retomar la idea de escribir cuentos o alguna otra cosa, me costaba mucho trabajo porque todo lo quería poner visual y todas las ideas que se me ocurrían yo pensaba “es que como película estaría padrísimo” y tardé un ratito en poder cambiar el switch. Me sirvió mucho dejar de trabajar en El Once para volver a pensar de un modo más narrativo, pero eso es como la parte negativa. La parte positiva es que el guionismo es muy estructurado, no das un paso sin saber cuál es el que sigue, entonces si bien no soy tan cuadrada y si una historia se quiere ir por otro lado pues ni modo, por allá se tiene que ir, sí me servía mucho saber como hacia dónde estaba tratando de llegar yo, escribir una sinopsis de qué iba a tratar mi historia, hacer las biografías de los personajes...De hecho esta novela, Ojos llenos de sombra, justamente la trabajé al principio como si fuera un guion, creando de dónde voy, a dónde quiero llegar, quienes son mis personajes, cuáles son sus características, y me ha servido mucho.

¿Cómo fue que empezaste en este ambiente literario? ¿Tomaste algún curso, empezaste a escribir por tu cuenta...?

Mi mamá era maestra de literatura, de lectura y redacción en una vocacional del Poli. Entonces un poco traía ya la desviación familiar. Me leía, escribíamos juntas, me acuerdo mucho que me leía las novelas de Corín Tellado y me decía “ahora vamos a escribir una nosotras. A ver, la protagonista tiene que ser bonita pero no una belleza...” Nos burlábamos de las propias frases hechas de Corín Tellado, íbamos escribiendo nuestras historias, entonces para mí siempre fue una necesidad, un juego, además, una cosa muy lúdica. Pero por lo mismo que era muy lúdico, en el momento en que te aburres de jugar lo botas y ya, entonces no tenía mucha estructura en ese sentido. Luego traté de entrar a un taller literario, pero no duré mucho, la verdad, me distraía con otras cosas. Lo intenté varias veces desde la secundaria y digamos que ya tomármelo en serio fue...hará unos tres años, más o menos y sí, formé un taller literario con unos amigos y con Alberto Chimal. Ahí íbamos leyendo nuestros trabajos cada quien y comentándolos y eso fue al final lo que me impulsó más.

Aparte del cuento y la novela, ¿has trabajado otros géneros?

A parte del cuento y la novela...como dice José Luis Zárate, “no soy poeta y tengo los poemas que lo demuestran”, alguna vez traté de escribir poesía, pero no es mi máximo. Lo que me gusta mucho es el ensayo y por ejemplo, todo el tiempo que estuve escribiendo para revistas, para mí no eran artículos, eran ensayos y yo me la tomaba muy por ese lado. Me gusta mucho ese género, pero creo que nada más, y los guiones.

¿Qué es lo que te gusta del ensayo?

Me gusta mucho la posibilidad de elucubrar sobre un tema y reflexionar sobre él y dar mis propias opiniones. A lo mejor es un poquito hasta soberbio, porque como yo estudié periodismo, yo decía “sí, hacer notas periodísticas está bien padre, hacer crónicas, reseñas...” pero cuando entrevistas a alguien, tienes que dar su opinión tal como la dijo. En cambio, la posibilidad de decir lo que a mí se me ocurre sobre determinado tema, sí investigarle, pero al final dar mis propias opiniones y poderle meter mi sentido del humor, eso me gusta mucho y yo creo que eso es lo que me atrae del ensayo, del ensayo literario, digamos, no del académico, porque con ése híjole, ando súper peleada.

Hablando de tu novela, Ojos llenos de sombra, ¿de dónde surgió la idea para escribirla?

Pues un poco de mi necesidad como lectora. Yo en mi adolescencia, bueno, a parte de que escribir me divierte mucho, leer me divierte mucho, entonces me leía todo lo que había en la casa, compraba libros a cada rato, o los tomaba prestados, o lo que fuera. Y conforme fui creciendo, yendo a fiestas, conociendo gente, involucrándome con la subcultura oscura de la Ciudad de México, que es donde pasé un buen rato, me empezó a inquietar que no había libros sobre eso, no al menos libros mexicanos. Tenía un par de libros buenísimos, me acuerdo mucho de La música de los vampiros, de Poppy Z. Brite, que todo empieza con un concierto de Peter Murphy, pero en Nueva Orleans y yo decía “yo quiero leer cosas que pasen aquí”. Luego leí un libro de Fran Ilich que se llama Metro pop, que era sobre adolescentes en Tijuana y dije “no, pues sí se puede. Si no lo hay, pues lo voy a escribir yo”. Entonces la primer idea fue escribir una colección de cuentos y poco a poco fue mutando y se convirtió en la novela, pero al mismo tiempo le fui volcando otras inquietudes que también tenía, por ejemplo, esta cuestión de la adolescencia eterna de mucha gente, gente que tiene mi edad y sigue en la fiesta, en un plan sumamente adolescente...Tengo amigos que a sus cuarenta se siguen ligando a chavas de diecisiete, dieciocho, como un modo de seguirse sintiendo de diecisiete o dieciocho. Y otra inquietud mía es la necesidad de las mujeres, aunque suene un poquito, no sé, como “vamos a militar” y eso, pero sí, la necesidad de las mujeres de reivindicarnos y de decir “sí podemos hacer las cosas y valgo por quien soy y no por si traigo falda o pantalón” y todo eso lo volqué creo en el personaje principal.

Entonces, ¿Ojos llenos de sombra está basada en experiencias tuyas?

Muy vagamente. Sí hay cosas que me pasaron a mí o que le pasaron a gente muy cercana o que me contaron que le pasaron a amigos de un amigo que me parecían anécdotas tan buenas que me las robé vilmente, pero casi todo lo hice pasar por el filtro de la ficción. Incluso gente que vivió algunas cosas que fueron semilla de esto cuando leen el libro no me han reclamado nada, así que supongo que está bien transformado. Pero sí, sí hay algunas que son apuntes del natural de lo que yo veía cuando iba al Chopo o de lo que había en un backstage cuando iba a un concierto...

¿Por qué escribir para jóvenes?

Fue un poco una casualidad que saliera para jóvenes, quizá porque yo estaba pensando en mi propia adolescencia y estaba haciendo un personaje adolescente y todo se fue dirigiendo y quedó como una historia muy juvenil, entonces dije “vamos por este lado y vamos bien”. Pero además yo soy una lectora de libro juvenil, soy muy entusiasta del libro juvenil, me gustan mucho autores como Kevin Brooks o Adam Rapp, que es uno de mis favoritos, porque también escribe de chavos que andan en ondas un poquito menos ñoñas. Y me parece que el público juvenil es más honesto de alguna manera. Si no les gusta tu libro, lo cierran, lo botan y les vale, aunque sea tarea de la escuela y no están pensando en con quién van a quedar bien o si la reseña les va a servir para, entonces es un público muy estricto pero también muy generoso cuando algo les gusta. De algún modo yo me siento todavía más en contacto con, hablando de adolescentes eternos, con la yo de 17 años que fui que, por ejemplo, con mis amigas que ya son mamás. Cuando me platican las travesuras de sus hijos, inmediatamente y sin evitarlo, me pongo del lado de los hijos, del lado de la travesura, del lado de la cosa más fresca, más humorosa, más lúdica; entonces supongo que se dio naturalmente.

¿Qué esperas o qué esperabas conseguir con tu libro?

Ay, pues...yo esperaba, primero que nada, sacar esas historias, demostrarme a mí misma que podía terminarlas, que podía llegar a un punto final porque sí me costaba mucho trabajo concretar proyectos. Y por supuesto que alguien la leyera y que quien la leyera encontrara algo de sus propias inquietudes ahí metidas también. No pienso que sean mil lectores o que sean diez, yo digo una persona que lo lea y diga “oye, me identifiqué por esto y esto” y que platiquemos del asunto, yo ya contenta.

Según tu opinión, ¿cuál es el elemento más valioso de Ojos llenos de sombra?

Yo creo que los diálogos, la verdad. Soy una dialoguista...ay, va a parecer que soy entusiasta de muchísimas cosas, verdad...pero realmente de hacer guiones lo que más me gusta es hacer los diálogos. Para este libro en lo que más puse atención fue en los diálogos y me parece que están bien logrados, los lees y dices “mira, sí se sienten bien naturalitos”, entonces yo quisiera pensar que su aporte es que es un retrato de una forma de hablar fresca, creíble, no impostada...Ahora, sí además puedo convencer a alguien de que crea en sí mismo y que tome sus decisiones sin dejarse arrastrar por sus miedos, estaría padrísimo.

Retomando al público juvenil, ¿qué factores crees importantes para acercarte a ellos?

Lo más importante, desde mi punto de vista es no tratar de darles un sermón, así de sencillo. Cuando tú te subes al pedestal y dices “desde aquí yo te voy a decir como vivir tu vida, porque yo cuando tenía tu edad...” ya, estás perdido y ya perdiste al lector. Yo creo que tiene que ser desde un nivel de iguales, “yo también tuve tu edad, yo también tuve tus problemas, es más, todavía los tengo, todavía me aterra en la mañana pensar qué me voy a poner y es ridículo porque nadie te está viendo en el metro, pero tú tienes esa inseguridad y yo la tengo también y podemos platicar como iguales y compartir experiencias. A lo mejor hoy me toca a mí pasarte un tip a ti, pero a lo mejor tú me das un tip a mí y lo podemos hacer juntos” Yo creo que va un poco por ahí, que el chavo a la hora de leer el libro, sienta que está dialogando, no que le están dando una cátedra. Por lo menos es como me ha funcionado a mí.

Hablando sobre un asunto un poco más general, ¿qué opinión tienes sobre la nueva narrativa mexicana, es decir, la obra de autores nacidos a partir de los 60?

Yo creo que hay mucha y eso es muy bueno, para todos los gustos y eso es maravilloso, no tan difundida como quisiéramos, a lo mejor todavía falta más acercamiento de los autores con los lectores, que escribamos más para el lector promedio y no para el lector de Letras Libres, para el crítico, para ver qué opinan, todo eso...Pero a mí me parece que se han dado cosas muy buenas, por ejemplo Verónica Murguía, ni modo, tengo que echarle porras a Alberto Chimal, no por ser mi marido, sino porque su obra es realmente muy buena; todavía cuando lo leo se me hace un nudo en la garganta, me emociono y digo “qué bien escribe Alberto” y me da muchísimo gusto. O por ejemplo José Luis Zárate, que es también de los 60. Quizás no son los más mainstream, pero son los que más me emocionan y quizás es por esto, porque escriben más por el gusto y menos por la imposición o por la necesidad de agradarle a una cúpula. Pero autores como Bef, por ejemplo, Karen Chacek, Erika Mergruen, que están escribiendo cosas como más de subgénero necesariamente, pero sí alejados de la estética hegemónica, digamos. Yo creo que va muy bien la literatura mexicana y que vamos a ver cosas muy interesantes. A lo mejor no vemos obras como, porque nos critican mucho “¿dónde está La región más transparente de tu generación?” Pues es otra generación y es una generación mucho más atomizada, en donde internet juega un papel primordial. A lo mejor ya se escribió esa obra pero está en un blog y no la has encontrado tú. Que tú no la hayas encontrado no quiere decir que no exista, entonces creo que estamos en una época más de descubrimiento de la literatura que de imposición, como era en décadas anteriores.

Aprovechando que tu novela ganó el Premio Gran Angular, ¿qué opinas de los premios literarios?

Yo creo que hay de todo, que son una herramienta y quien usa la herramienta decide si...por ejemplo, tú decides si el martillo lo usas para construir o para romperle la cabeza a alguien, igual con los premios. Hay premios que sabemos todos que están más amañados que nada, que se sabe desde antes quién los va a recibir o que por lo menos los editores saben desde antes, pero hay otros que son muy limpios y son una buena forma de entrar al ruedo, de probar tu talento. A lo mejor no ganas el premio pero sí una mención y eso ya te va diciendo por dónde. A lo mejor no ganas nada, pero entonces lees cuál ganó y ves qué es lo que está ahorita gustando y todo. Y la verdad es que para mí ganar el premio fue una cosa maravillosa, porque mi plan de acción era “meto el libro al premio, lo pierde, le busco editor, digamos que en 2013 encuentro a alguien que se interese, para que salga por ahí de 2014...” que es como el proceso natural y el premio aceleró todo y de repente el libro ya está con editor, con difusión, con todo...wow. Yo feliz...y sí creo que hay que confiar en los premios y que hay que exigir que los premios cumplan con lo que están prometiendo.

¿Estás trabajando en algún proyecto actualmente?

Estoy trabajando ahorita en dos proyectos, quizá tenga que elegir uno a tiempo completo y ya después darle al otro. Uno es una novela de zombis, que de hecho la empecé hace bastante tiempo, pero le dedico ratitos; y el otro es el libro de cuentos que ya tengo terminado pero que todavía no me tiene muy satisfecha al cien por ciento, todavía creo que le voy a tener que cambiar cosas, quitar algunos, meter otros que hay que escribir, cambiar el orden de las historias...

Aparte de los zombis y los libros para jóvenes, ¿sobre qué más te gustaría escribir y por qué?

Una cosa que a mí me gusta...es que el problema es que a mí me gustan mucho los subgéneros, algunos. Me gusta mucho la literatura de horror y no creo que deba circunscribirse ni a una edad ni a un determinado tipo de lector. Carlos Fuentes escribió cuentos de horror o fantásticos, Octavio Paz también lo hizo, nada más que a ellos no les pusieron la etiquetita. Entonces creo que a mí me gusta el horror y creo que puedes encontrar ahí cosas bien interesantes, me gusta mucho la ciencia ficción, tengo también ahí un boceto de un coso de ciencia ficción a ver cuándo lo puedo acabar. Pero me gustaría escribir sobre todo de cosas que tengan que ver con los sentimientos y no en un plan rosa, sino realmente de explorar el alma y sus contradicciones y por qué pensamos como pensamos o por lo menos...bueno, es que es algo de lo que me he dado cuenta, me pongo a explorar por qué pienso yo como pienso y por qué hago yo como hago y ya que está escrito resulta que otras personas también se identifican.

Ya para terminar, ¿qué consejo le darías a los jóvenes que pretenden ser escritores?

A ver...sería el consejo: lean mucho, porque al leer ves qué ya se ha hecho, qué no se ha hecho, adquieres buenos hábitos y además buena ortografía, que para mí es vital, y escriban sin detenerse a pensar en qué van a pensar de ustedes. Porque a mí me pasaba, estaba yo escribiendo e imaginándome el que me iban a juzgar, o que se iban a burlar de mí o que...En el momento en el que dejas eso atrás, avanzas. También diría que lo disfrutes, que escribas porque te gusta, no por una obligación.

Bueno, muchísimas gracias, Raquel, a nombre de todo el equipo de Opalescencias. Próximamente podrás ver la entrevista en el portal.

Ay, muchísimas gracias, me dará mucho gusto.



*El proyecto nunca se llevó a cabo. Por eso la entrevista sólo fue publicada en este medio.

Presentación de "Ojos llenos de sombra" en la FILIJ (2)

Lo prometido es deuda. Ya hablé con mi jefa y me autorizó subir tanto la reseña de la presentación como la entrevista. A continuación les comparto la primera y les aviso que en los próximos días podrá verse en el portal de Opalescencias.



Presentación de Ojos llenos de sombra, de Raquel Castro



El pasado 10 de noviembre se presentó en la FILIJ el libro Ojos llenos de sombra, de la guionista y escritora mexicana Raquel Castro, ganadora del Premio Gran Angular 2012, otorgado por la editorial SM. La mesa estuvo conformada por Claudia Reyes, Verónica Murguía, Federico Ponce de León y la autora.

Claudia Reyes, por parte de CONACULTA, dijo que premios como el Gran Angular ayudan a promover a los autores, pero también a motivarlos a que estén en constante creación y luego difundirlo a través de la publicación de estos trabajos.

Sobre el libro, Verónica Murguía, columnista del suplemento semanal de La Jornada, comentó que Ojos llenos de sombra es totalmente contrario a lo que ella llama “literatura hormonal”: obras como Crepúsculo y 50 sombras de Grey. Mencionó también que el personaje, Atari, una chica de diecisiete años, es un personaje de carne y hueso, opuesta por completo a las heroínas “genéricas e intercambiables” como Bella Swan.

Por su parte, Federico Ponce de León, editor de SM, habló acerca del proceso de selección de la obra ganadora del Premio Gran Angular. Dijo que después de leer y releer la novela de Raquel Castro, se convenció de que ésa era la ganadora. Añadió que para él la experiencia de la edición fue muy grata, pues mientras realizaba su labor, reía a carcajadas por “la franqueza y las leperadas bien aplicadas y justificadas en la historia”. Según su opinión, Ojos llenos de sombra no es una novela exclusivamente para chavas, cualquiera puede leerla. “Les va a cambiar la noche o el fin de semana, el momento en que la lean”, concluyó.

La autora compartió un poco del proceso que vivió al escribir esta novela. Mencionó que uno de los ejes presentes en la obra es la nostalgia. “ Asociamos la nostalgia con la edad adulta y se nos olvida que los niños y jóvenes también pueden sentir nostalgia, por eso insistí tanto en los flashbacks”, comentó. Verónica Murguía añadió que Atari, además de sentir nostalgia, tiene un impulso vital muy fuerte, que la anima a no quedarse en la “adultescencia”, como sus padres y hermanos.
“Si uno se queda en esa nostalgia, se vuelve un poco un monstruo y es lo que Atari no quiere”, agregó Raquel.

Tanto Verónica como Federico estuvieron de acuerdo en que otro elemento que da fuerza a la novela es la música. Verónica comentó que la novela tiene una especie de soundtrack que acompaña a Atari en los momentos más emotivos, lo cual es excelente, pues es en la adolescencia cuando uno escucha música de forma casi religiosa.

Para finalizar, la autora leyó un fragmento, en donde aparece el personaje llamado “La Roja”.

20.11.12

Presentación de "Ojos llenos de sombra" en la FILIJ



El pasado 10 de noviembre se presentó el libro de Raquel Castro, Ojos llenos de sombra, en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil.

Realicé una reseña de la presentación y una entrevista a Raquel. Sólo falta que mi jefa las autorice para publicarlas en el portal de Opalescencias, donde estoy trabajando (como becaria) y aquí en el blog.

Pero mientras les dejo unas fotos de la presentación :)












2.11.12

Calaveritas



Tuits de Micro Horror, con el tema "Calaveritas literarias". [Ya sé que no tienen métrica, fue mera diversión]

La Catrina se lamenta, porque ya no puede leer, así que toma la botella, y se pone a beber.

La Catrina pa' su ofrenda, exige que le den bebida, no quiere ron ni tampoco cerveza, ¡lo que quiere es tequila!

[Éstos últimos, tuits sobresalientes. Publicados en Penumbria]

La muerte, dama huesuda, a todos los escritores asegura, que las tumbas de los panteones, están llenas de minificciones.

Pa' seguir viviendo, dijo la muerte al escritor, escribe cosas que den miedo, como un buen Microhorror.

La muerte dijo al escritor, a ése que plagió, "por mentiroso y deshonesto, te vas conmigo al panteón".

La Catrina no entiende, que es eso del Halloween, y muy triste solloza, "ya se olvidaron de mí".

La Catrina se lamenta, cargando a un bebé, "ya no lloren, ya no griten, yo cuidaré de él".

La muerte se acercó a la anciana, y le dio un suave apretón, luego juntitas y de la mano, se fueron al panteón.

Vi a la hermosa Catrina, y detrás de ella a mi abuelo, después descubrí el engaño, la visión era sólo un señuelo.

La Catrina dice a todos, que es hora de terminar, ya tiene muchas calaveritas, es momento de descansar.