Bueno, amigos...se terminó. El Laboratorio de Cuento con Alberto Chimal llegó a su fin.
Fue una experiencia maravillosa, la verdad es que aprendí mucho y me será de gran utilidad a lo largo de mi carrera. Será un escalón sobre el que podré apoyarme para seguir aprendiendo.
Por otra parte, si no escribo como de costumbre es porque siento un nudo en la garganta. El taller se convirtió en mi actividad favorita en los últimos meses y me cuesta algo de trabajo decirle adiós.
No por ello dejaré de escribir o de leer. De hecho, hay mucho que hacer todavía. La lista de sugerencias para leer es muy larga y además, hay varios ejercicios que quedaron inconclusos.
No hallo nada más que decir.
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