9.10.12

Ojos llenos de sombra. Raquel Castro.



Quiero aprovechar, pues acabo de terminar esta maravillosa novela, ganadora del Premio Gran Angular de este año.

Dos palabras: ¡Me encantó! Y miren que pocos libros me han parecido adictivos...

La novela se trata sobre Atari, una joven dark que estudia música y forma parte de una banda, El Lado Oscuro de la Luna.
La historia comienza cuando la banda le abre a nada más y nada menos que a London After Midnight, sin embargo, ni siquiera eso logra alegrar lo suficiente a Atari, quien está confundida debido a una decisión que debe tomar: irse o no a estudiar becada a Rusia. En su confusión, no sabe a quién contarle sobre la beca, si a su amiga Bere, a su hermano Mario o a Javier, el tipo de quien está enamorada.

Atari empieza a recordar diferentes sucesos, como cuando entró a la banda, el día que hizo la solicitud para la beca, cuando sus hermanos la llevaban a las fiestas, escenas con su madre descuidada y su padre, un fanático religioso y amante de los videojuegos, y algunos momentos vividos con Javier.

Hasta aquí, parecería que Ojos llenos de sombra es una novela más sobre la adolescencia, los cambios, el amor, la amistad, la aceptación de uno mismo...etcétera. En parte, sí se abordan un poco estos temas, pero lo curioso es que todo sucede en un ambiente no conocido por todos: el dark. Un ambiente, una cultura, un modo de vivir que ha sido continuamente estereotipado y relacionado con aspectos negativos de la naturaleza humana, hasta caer incluso en actividades criminales o satánicas. (Lo mismo que el metal...gracias)

Bueno, Atari nos muestra que ser dark es otro modo de vivir. Nos habla de la banda: sus amigos, su familia; de su modo de ver el mundo, sus formas de reaccionar, su música, su vestimenta...Y también, nos recuerda que ese mundo no está tan apartado de lo que podría parecer "normal".

Me atrevo a decir, incluso, que Atari y yo no somos tan diferentes. He ahí la magia que genera Raquel Castro. Hubo momentos en los que me parecía que era realmente Atari, una joven estudiante de preparatoria, quien me estaba hablando (como si ella lo hubiera escrito), no Raquel –llegó a tal punto que desconocí la figura de Raquel...fue extraño.

Puede que el lenguaje utilizado en esta obra escandalice a más de uno, pero es uno de los aciertos del libro; es fluido, es natural, no se oye para nada forzado (como aquel programa de televisión en donde se usa un lenguaje "juvenil" y que ahora es motivo de burla entre nosotros). Y es que caray, así hablamos los jóvenes, sin importar realmente clases sociales, lugares, nada. Queramos o no, es el vocabulario al que estamos expuestos en la calle, con los amigos, en el transporte...Así hablo con algunos de mis amigos y es algo completamente natural. Ojo, no quiero decir que sea la mejor forma de hablar, pero ¿por qué satanizarla tanto?

Este uso del lenguaje fue una de las cosas por las que me divertí y disfruté leyendo el libro (mi única observación es que casi nadie, excepto locos como yo, usa acentos en los sms...fuera de eso, todo en orden). Me pareció una obra cercana, algo que puedo fácilmente identificar con mi vida diaria. Otra vez, Atari y yo no somos tan diferentes...

Otra cosa que me fascinó fue la música. Cada capítulo, cada recuerdo, cada escena tiene una canción de fondo. He de admitir que hay muchas bandas que no conozco (estoy en proceso de hacerlo), pero hay otras que sí.

Por ejemplo, hay una escena donde Atari se pone a bailar "Should I stay or should I go"...yo me reí a carcajadas, no pude evitarlo. No sé qué pasó ahí, fue un fenómeno muy raro, pero lo disfruté muchísimo. (Y luego traje la cancioncita en la cabeza todo el día y toda la noche). Otra es cuando Javier y ella escuchan a Stille Volk acostados en el cofre del coche de Mario. Y ahí voy yo a buscar rolas de Stille Volk a youtube...Consejo: ¡Háganlo! (Me recordaron a In Extremo)

Otras bandas que aparecen son The Cranes, The Cure, hay un eco de Madredeus y Bauhaus, hacen su aparición Bach, François Couperin, de repente se escucha a Peter Murphy, Christian Death, Depeche Mode, los Dug Dug's...¡y hasta Serrat!

Pero no todo fue bonito. El capítulo 18 me hizo llorar...no quiero dar muchos detalles, sólo diré que tuve que frenar, dejar de leer. Fueron muchos factores, es cierto, pero...me conmovió profundamente. Recordé muchas cosas...no sé, algo se movió muy dentro de mí.

En fin...sin darme cuenta, terminé el libro. A diferencia de otros libros adictivos, éste no me dejó la sensación de "quiero más, necesito más", sino que...vino una sensación de tranquilidad, como si hubiera terminado de hablar por teléfono con mi mejor amiga.

He leído otras novelas "para jóvenes", pero ninguna me ha dejado el sabor de Ojos llenos de sombra. Volvería a leerlo y con gusto, sólo por el placer de escuchar en mi cabeza a London, The Cure o Stille Volk mientras escucho también la voz de Atari.

[Y sigo preguntándome cuáles son mi bebida kriptonita y mi bebida especial...]

[Como dato curioso, leí la primera mitad del libro en una estética (sí, uno de esos lugares del demonio a los que voy porque me obligan. Esta vez acompañé a mi madre...). Literal, todos los estilistas me interrumpían a cada rato para ofrecerme servicios, yo levantaba la mirada, les decía que no y volvía a meterme en la historia. Al cabo de un rato, fueron más insistentes, hasta que uno se fue enojado exclamando "¿Qué haces leyendo en una estética? ¿Por qué no eres una chava normal?" Yo, claro, seguí leyendo...]

1 comentario:

Rax dijo...

Me encantó tu reseña. Muchas gracias por dedicarle tiempo a la noveluca. ¡Y qué padre que buscaste la música! Deja te cuento que justo llegué a Stille Volk via In Extremo: mi dealer de música en la Lagunilla me los recomendó porque le pedía yo cosas que sonaran "como In Extremo o como Sopor Aeternus". Y fue la combinación perfecta ;)
Otra vez, muchísimas gracias por leer y por comentar! :D