Esta adaptación del libro de Susan Hill "The Woman in Black" es una de las obras de teatro más reconocidas en México y sus 18 años en escena lo avalan.
El domingo pasado pude presenciarla por segunda vez. La primera ocasión la vi en el Teatro Xola, ahora, le tocó al Teatro San Benito Abad, un lugar lleno de recuerdos...y de misterio.
No describiré lo que sucede en la obra, pero sí hablaré de los actores. En la función del domingo se presentaron Odiseo Bichir y Rafael Perrín. En la primera ocasión ya había presenciado a Rafael Perrín y, a mi gusto, es un excelente actor. Bueno, en realidad los dos lo son.
Rafael se lució como siempre, sin embargo, Odiseo se llevó la noche. Su capacidad de recrear a numerosos personajes totalmente distintos es asombrosa. He de confesar que fue él quien más me asustó en la obra. Como ya la había visto, hubo cosas que ya no me asombraron, sin embargo cuando Odiseo recreó al niño me dieron escalofríos.
Y además, demostraron ser unos actores profesionales. Rescato algunos diálogos que me parecieron fabulosos.
Rafael: Debo irme, estoy dirigiendo otra obra de teatro *golpea el suelo con sus pies* ¡Pinocho!
Odiseo: Pero es que es muy difícil (refiriéndose a aprenderse su texto para actuarlo)
Rafael: ¿Difícil? No vayas a ser como el político ese que no ha leído ni tres libros...
*fotógrafos tomando fotos con flash durante la obra*
Rafael: (a Odiseo) tendremos un público maravilloso, atento, entusiasta...y que no tome fotos con flash
En esta ocasión no me gustó tanto. Creo que el Teatro les quedó demasiado grande. En el Teatro Xola pueden subir, bajar, correr, saltar...en el San Benito no es tan fácil y acciones que en otras circunstancias te erizan la piel no tuvieron efecto alguno.
Por otro lado creo que iba más sugestionada por ver "algo".
El Teatro San Benito Abad es parte de mi casa, el CEL. He bailado sobre su escenario, he estado en la cabina de audio, conozco a la gente que ahí trabaja...y más de una vez me ha tocado ver cosas un poco raras (un abad muerto, un señor que desaparece...bah, lo común). Así que creí que vería algo, cosa que afortunadamente no ocurrió -bueno, casi no-
El Teatro San Benito Abad es parte de mi casa, el CEL. He bailado sobre su escenario, he estado en la cabina de audio, conozco a la gente que ahí trabaja...y más de una vez me ha tocado ver cosas un poco raras (un abad muerto, un señor que desaparece...bah, lo común). Así que creí que vería algo, cosa que afortunadamente no ocurrió -bueno, casi no-
Y es que la primera vez que vi La Dama de Negro sí que pasaron cosas...pero ésa, queridos lectores, es otra historia (y deberá ser contada en otra ocasión).
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