31.12.13

2013

La verdad no tengo mucho que decir sobre este año, pues ha sido uno de los peores.

Muchas personas cercanas estuvieron en el hospital y descubrí lo que es tener miedo a la muerte...no mía, pero sí de las personas que más quiero. En ese sentido, es algo que no quiero repetir.

En cuanto a la escritura fuera de la escuela, este año no hice gran cosa, aunque por fin tuve en mis manos el libro impreso donde se encuentra uno de mis cuentos. (Hasta donde sé, lo pueden hallar en la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero, de la Ibero, en PQ7276.2.P7 C65.2012) En gran medida fue por todo el tiempo que estuvimos en el hospital y porque varias cosas me quitaron las ganas de escribir.

Los conciertos también fueron menos, aunque poderosos. Luca Turilli's Rhapsody, Slayer, Iron Maiden y Mägo de Oz. Sobra decir que estar en el Foro Sol empapada, con gripa, coreando las rolas del Seventh Son of a Seventh Son ha sido uno de los mejores momentos de mi vida. No sólo es mi álbum favorito de una de mis bandas favoritas, sino que fue el primer material de Maiden que me compré por mi cuenta, así que tiene cierto valor sentimental.

A pesar de ello, tuve la suerte de conocer gente extraordinaria, tanto maestros como compañeros y gente random que pasea en los pasillos de la escuela. Tuve maestros maravillosos (Gonzalo, Sonia, Gloria, Édgar, Laura...) que no sólo me motivaron en el lado académico, sino también en lo personal. (Mención especial para Gonzalo, por tolerar mis ensayos sobre el metal y la Biblia, ja.) Y miren que fue importante, porque como ya mencioné, el año estuvo cargado de mala vibra.

Lo demás ahí va.

Sólo queda cargarse de buena vibra para el año que viene, el cual se anuncia bastante negro. Música, escritura, salud y trabajo para sobrevivir y seguir en este camino tan raro.

Buena vibra a todos, feliz año y que el Poder los proteja

(20 años después...¿cuándo llegará la tan esperada mega guerra?)



15.7.13

All Is One. Orphaned Land.



El nuevo álbum de esta banda israelí resume todo lo que han trabajado durante más de veinte años. Desde Mabool ellos ya nos presentaban la idea de la unión entre las tres religiones monoteístas con canciones como "Birth of the three". All Is One es la máxima expresión de un sentimiento de unión, una sed de terminar la guerra y vivir en paz.

Como en los discos anteriores, las canciones en inglés se mezclan con algunas en hebreo y árabe. Sin embargo, se nota una mayor madurez y un distanciamiento del metal tradicional. Son pocas las veces que Kobi Farhi canta guturalmente y, a mi gusto, su desempeño es más pobre que en otros discos. Lo relevante del álbum en su conjunto es el grupo de matices en la música. Los instrumentos orientales se mezclan con las cuerdas, la batería y las voces orquestales, al estilo del Mabool. Si uno cierra los ojos le es fácil imaginarse un paisaje de Medio Oriente, con algunas bailarinas árabes y un sol abrasador.

El All Is One es un material muy especial. Por una parte, continúa con la tradición de fundir lo oriental y lo occidental, y mantiene viva la ideología de la banda; por otra, rompe con los discos anteriores de Orphaned Land, explorando un nuevo estilo que podría no agradar a todos.

La postura ideológica y política del álbum me genera sentimientos encontrados. Por una parte, canciones como "Brother" y "All Is One" me agradan bastante, particularmente porque tienen mayor relación con el material anterior de OL y retoman la influencia bíblica ("Brother" es una súplica de Isaac a Ismael). Y hay otro detalle que me gustó: OL dedicó la canción de "Children" a Siria y a todos los niños que viven en un ambiente de violencia.

Sin embargo, creo que esa postura es cada vez más radical. Reconozco que la música es un excelente medio para intentar reducir la violencia y sus efectos, pero si cantar sobre ésta y dar énfasis a las muertes en Medio Oriente se vuelve el motivo principal de la banda, creo que ésta pronto se quedará sin material para ofrecernos. Ya nos quedó claro que Orphaned Land busca la unión de los grupos musulmanes, judíos y cristianos y que están en contra de la guerra, pero se les está yendo de las manos. Ejemplo de ello es la canción "Fail", que a mi gusto es bastante mala (¿Para qué los grandes textos iniciales, donde apenas se aprecia lo que dicen?). Desde el The Never Ending Way of ORWarriOR, cuando Kobi Farhi se vistió como Cristo, con corona de espinas incluida, me pareció que era ya una exageración. El mensaje que intentan dar es bueno, pero habrá que cuidar que no se convierta en una especie de fanatismo.

¿OL terminará así? (jaja) / Vía Metalsucks


(Y que conste que OL es mi banda favorita...)

Vale la pena escuchar el All Is One, pero no, no está entre mis discos favoritos. Hay canciones que se salvan, pero sigo prefiriendo el Mabool e incluso el The Never Ending Way of ORWarriOR.

2.4.13

20

¿Si pudieras regresar el tiempo, a qué etapa de tu vida irías?


14.1.13

La torre y el jardín. Alberto Chimal




Fue el libro con el que cerré mi 2012 y, sinceramente, el que más me gustó. Diría que es un libro riquísimo, de esos que se disfrutan tanto como un vaso de whisky o un trozo de chocolate amargo. 

Entre sus páginas podemos hallar otra aventura de Horacio Kustos, acompañado por el doctor Francisco Molinar. Ambos están en un edificio bastante singular, donde ocurren hechos fantásticos y misteriosos: "El Brincadero".

En "El Brincadero" se llevan a cabo las fantasías más extrañas y perversas. Hombres y mujeres se desnudan ante animales diversos, comunes como gatos, gallinas y peces dorados o rarísimos como las equidnas y los lemingos.

El libro encierra una enorme cantidad de misterios: la torre misma es un misterio que sobrepasa los límites del espacio. Pero lo más importante es lo que hay en el jardín de la torre: un espacio al cual no todos pueden acceder.

Alberto Chimal desnuda en su libro al ser humano, pero no sólo literalmente, sino que permite ver sus miedos, sus deseos más profundos y primitivos, su lado más salvaje, pero también, el más frágil.

Para mí, Zhenya (sé que algún día podré pronunciarlo bien) es el personaje más entrañable, un ser literalmente incomprendido. Sin él o ella no podríamos conocer lo que sucede al interior de la torre, es su voz la que nos guía en el tiempo y el espacio de "El Brincadero".

A lo largo de la novela disfruté reírme a carcajadas con muchas de las escenas. Por ejemplo, recuerdo al doctor Molinar intentando pronunciar adecuadamente el nombre de Zhenya y a Kustos enseñándole: “(una maestra) para el sonido zh nos decía ‘¡Como las abejitas! ¡Zhhhh!’, y se ponía a aletear” o al mismo Kustos desapareciendo así, ¡puf! y luego pidiendo de cenar.

Lo que también disfruté es que al visitar la torre –aunque sea por medio de las letras– el tiempo parece detenerse. Las páginas se pasan una tras otra, como si volaran. Cuando uno se da cuenta ya conoce a la señora Isabel, a don Emilio, a Nata y le ha tomado cariño a Zhenya, se ha preocupado por Kustos y ha compartido el nerviosismo de Molinar.

Con saltos en el tiempo bien logrados y un tono que invita a seguir leyendo, las páginas del libro nos van revelando los secretos de la torre y el jardín. El final también es delicioso; Alberto Chimal supo llevar a buen término tan maravillosa historia.

Ah, se me escapaba un detalle: en El Brincadero, cada piso tiene un nombre especial (es otro de los misterios de la torre). Mis favoritos, por el nombre que tienen, son Abril es el mes más cruel y Cuando de repente en mitad de la vida llega una palabra jamás antes pronunciada.

Para terminar, un detalle más. Fue un gusto encontrar el siguiente pasaje. @raxxie_, cuando hizo los horóscopos bibliománticos a partir de este libro, asignó las primeras dos frases a los Aries.
¿Qué sentirías si te acariciara tu propia muerte? ¿Si trataras de aplastarla y sólo te manchara con el olor de tu podredumbre futura? ¿De qué modo tratarías de retenerla en ti, para saberte vivo en cada momento de tregua, si ella sólo quisiera escapar, atender a sus propias esperanzas?

2.1.13

Nuevo álbum de Orphaned Land

El día de hoy Uri Zilha, bajista de Orphaned Land, anunció que este año tendremos un nuevo álbum de esta maravillosa banda.
¿Qué mejor manera de empezar el año?


Así que, queridos hermanos orphaned-disciples, esperemos...esperemos...



1.1.13

2013


Nuevo año...
Quiero creer que podré cambiar varias cosas. No me gusta establecer propósitos concretos, como si fueran una lista del súper, porque siempre resulta frustrante cuando no puedo cumplirlos. Prefiero sólo plantear qué quiero hacer y qué tengo que hacer para conseguirlo, pero no como obligación, sino más bien, como una guía para dirigir mis pasos.

De entrada, quiero tomarme en serio la escritura. Quiero que no sea sólo un pasatiempo o un escape; ganarme a pulso el título de "escritora" (suena tan bien). Para ello, seguiré un consejo de Ray Bradbury que escuché alguna vez en un video: escribir una historia corta cada semana.
Desde ya sé que habrá semanas en las que no escribiré nada, pero intentaré ser constante. Bien lo dijo Alberto Chimal, esto de la escritura es cosa de resistencia y persistencia.
Y ya que salió el nombre de Alberto, me apoyaré también en un manual que él realizó: Cómo empezar a escribir historias, haciendo algunos de los ejercicios sugeridos.

Por lo demás, creo que mi vida seguirá como hasta ahora: familia, escuela, amigos, visitas al médico...etcétera.

Pero eso sí, en cuanto a música se refiere, espero con grandes ansias que vuelva Iron Maiden. La gira England se escucha muy prometedora: la mayoría de las rolas son del Seventh Son of a Seventh Son, mi álbum favorito. Así que si la Doncella decide venir a México, tengan por seguro que estaré ahí.



Sin más que decir, les deseo a todos un buen año, mucha salud y trabajo.
Que el Poder los proteja.

Jos

31.12.12

2012

El 2012 fue un buen año. Uno de muchos, muchos cambios.

Empecé este año con un evento fabuloso: un festival de metal. Cuatro bandas, ocho horas de música, y grandes amigos. 


Pude ver a mi banda favorita: Orphaned Land. Salté y grité con fuerza las letras de Halo Dies, Norra El Norra, The Birth of the Three, Ocean Land y demás...Al terminar el concierto (1/4), mi mejor amigo fue por cerveza. Regresó corriendo y me tomó de la mano. Sin decirme nada, corrimos hacia el pasillo central. Ahí estaba Uri Zelha, bajista de OL y unos segundos antes había estado Kobi Farhi. Abracé a Uri, me tomé una foto con él y luego abracé a mi amigo. Por su culpa me gusta el metal y él lo sabe. 

2012 fue el año de los conciertos. Además del Festival Farewell con Orphaned Land, Amorphis, In Extremo y Stratovarius, asistí a Opeth, Rhapsody of Fire/ Therion, y Metallica. Cabe mencionar que, como mi hermana también es fan de Rhapsody, adquirimos los pases VIP y conocimos a la banda. Fue una experiencia sublime. Fabio y Tom son personas maravillosas y fue un placer conocerlos y asistir al concierto, donde coreamos a gritos Dawn of Victory, Holy Thunderforce, Unholy Warcry, Lamento Eroico y Emerald Sword, entre otras.

Decía que éste fue un año de cambios y es por lo siguiente. Este año terminé la preparatoria. Dejé mi escuela tras 13 largos años de casi vivir en ella. 



El CEL (Centro Escolar del Lago) era –y sigue siendo– mi segundo hogar. Ahí conocí a muchas personas que influyeron mucho en mi vida, hallé a mis mejores amigos (a quienes, en efecto, cuento con los dedos de una mano), decidí qué quería hacer con mi vida...y un largo etcétera.
La despedida fue...tranquila, creo. Me despedí como yo quería hacerlo: dando el discurso de fin de año. Yo había jurado que escribiría y leería el discurso final y lo conseguí. Cuatro días de trabajo dieron como resultado un texto de cinco cuartillas retomando la historia de mi generación, de nuestros Maestros, del colegio mismo. Mis compañeros lloraron. Algunos Maestros, también.

Así pues, entré a la universidad. Fue un proceso complicado, pues era un nuevo sistema, con nuevas reglas, nueva gente, nueva rutina...Tras muchas, muchas dudas, me convencí de que la carrera que elegí era la correcta. No me veo en otro lado, ésto es lo que quiero.

Por otra parte, decidí abrir mi cuenta de tuiter. Eso representó otro cambio en mi vida. Gracias a esa cuenta, redescubrí a Alberto Chimal y decidí tomar un taller con él.


Alberto ya me había enganchado antes con una de sus minificciones y me sorprendió aún más con El Viajero del Tiempo. El taller fue realmente fructífero. No sólo aprendí nuevas herramientas para escribir, sino que me convencí de que es lo que quiero hacer. Alberto fue –de hecho sigue siendo– un gran apoyo y guía, pues vi en él parte de lo que quiero ser.

Y a partir de Alberto Chimal y tuiter, descubrí a más escritores y conocí a los escritores de mi infancia. Por ejemplo, me encontré a Bef en la escuela y pude contarle cómo su libro Cuento de hadas para conejos marcó mi infancia. Gracias a Alberto conocí a Raquel Castro (su esposa) y su libro Ojos llenos de sombra, con el cual me divertí mucho (además de que se platica muy a gusto con Raquel). Y en la escuela hallé también a Gloria Prado (directora del Departamento de Letras), quien realizó la antología El héroe, la dama y el clérigo, otro de los libros que devoré ¡en la primaria!








No sé si todos entiendan esa emoción, el descubrir, conocer a la persona que escribió el libro o el cuento o la carta que fue fundamental en una parte de la vida. Es algo increíble.

Por lo demás, fue un buen año. Sí, hubo varias caídas en cuanto a salud, estado anímico y, desafortunadamente, un par de pérdidas en la familia, pero creo que fue un tiempo de crecimiento y aprendizaje.

¿Y cómo cierro mi año?
Con gripa, terminando La torre y el jardín, de Alberto Chimal (pa' variar...), aprendiendo a usar un serrucho eléctrico y viendo Cloud Atlas.

Feliz año a todos y que el que viene llegue con nuevos retos.